El distanciamiento social y las medidas restrictivas han provocado que se tengan que digitalizar muchas relaciones, restando humanización en cada encuentro.
Al poco de decretarse el estado de alarma, Miguel Ángel Muñoz se mudó a la casa de su “tata” Luisa de 95 años y, en poco tiempo, convirtieron su salón en un estudio improvisado grabando vídeos donde cantan, ríen o hacen videollamadas. Ahora su “tata” se ha convertido en un auténtico fenómeno en las redes para alguien que se estaba “modernizando para pasar la cuarentena”.
A través de los Zurich Talks daremos voz a historias de superación que ante la dificultad han podido dar la vuelta con optimismo.